2 de diciembre de 2011

Crítica de cine: Blog, de Elena Trapé

[3-II-2011]



En estos tiempos de preponderancia de las redes sociales, nos llega una película diferente, en cierto modo un salto al vacío no apto para defensores de una estructura narrativa cinematográfica convencional. Pero que nos aporta una manera fresca y directa del nunca bien conocido universo de los adolescentes. Y la propuesta sale airosa: se titula Blog.

La directora es Elena Trapé, procedente de la nueva hornada de directores formados en la Escola Superior de Cinema de Catalunya (ESCAC). La propuesta es adentrarnos en la mentalidad de un grupo de chicas de 15 años, compañeras y amigas de clase, que crean como una especie de cofradía (Makamat), utilizando la webcam, el Messenger y la videocámara como modo de expresar sus sentimientos, dudas y anhelos. Con estos medios, el espectador, en ocasiones desconcertado, se va enterando de lo que sucede por la mente de las jóvenes, el propósito del grupo creado y el resultado final, en un final más que abierto.

La película tiene en las actrices, muy jóvenes y no profesionales, la principal virtud. Añadamos a ello que casi todo lo que aparece en pantalla (a excepción de un prólogo y un epílogo que nos sitúan en la cuestión de fondo) procede de los personajes, ya sea en chats, reflexiones en voz alta a la webcam, llamadas de teléfono o el nervioso movimiento de una cámara de vídeo que trata de situar la óptica en situaciones muy concretas. Todo ello da una sensación de viveza, de que todo sucede tal y como se nos muestra. Por ello asistimos a un retrato en directo de la adolescencia, de un grupo de adolescentes, que sienten que están en un limbo muy propio de la edad del pavo, pero que son conscientes también de sus dudas, de sus miedos, de sus deseos, de la propia imagen que generan. Y en ello está la otra gran virtud de esta película: mostrarnos al adolescente tal y como es, sin sensiblerías ni adoctrinamientos. Porque todos hemos sido adolescentes y en cierto modo nos vemos reflejados en esos miedos y dudas. Y en las alegrías, que no son pocas.

Pequeña gran película, muy recomendable.

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