29 de noviembre de 2011

Reseña de HHhH, de Laurent Binet




¿Cómo definir una novela como HHhH (Seix Barral, 2011)? Es la primera pregunta que me hice tras leer unas decenas de páginas y que me vuelvo a plantear una vez terminada. ¿Novela de no ficción, como A sangre fría de Truman Capote? ¿Ensayo? ¿Biografía? ¿Reportaje periodístico? ¿Ejercicio de metaliteratura? ¿Más que todo eso o menos que la suma de sus factores? La verdad, sigo dándole vueltas. Lo que sí tengo claro es que no es una novela cualquiera. No es un ejercicio de literatura al uso. Y desde luego no es una novela que te deja indiferente. Del mismo modo que con Las benévolas de Jonathan Littell uno se quedaba dándole vueltas a la cabeza acerca de qué nos habíamos metido entre ceja y coronilla, en este caso, con todas las diferencias habidas y por haber entre ambos libros, uno también se estruja las meninges, llegando a la conclusión de que, no, no nos han dado gato por liebre; sí, hemos disfrutado como niños ante un libro que se devora con fruición y, también, estamos quizá ante un nuevo ejercicio literario; o quizá no, pues ni la novela está muerta ni hay nada nuevo bajo el sol.

HHhH - Laurent Binet
Laurent Binet

Operación Antropoide, este era el título que Laurent Binet (n. 1972) quería darle a la novela, si bien el editor francés de la misma le sugirió que dicho título no tenía suficiente punch como para que el lector se sienta atraído. Y lo cierto es que la novela va precisamente de eso, del atentado que se realizó el 27 de mayo de 1942 en Praga contra Reinhard Heydrich, protector de Bohemia y Moravia, director de la policía secreta del régimen nazi o GESTAPO y de la Oficina Central de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt), ingeniero del Holocausto y mano derecha (algunos dicen que con matices) de Heinrich Himmler, el todopoderoso Reischsführer de las SS, conocido también como «la bestia rubia». Precisamente, el título de la novela, como Binet comenta en algún momento del texto, es el acrónimo de una frase en alemán, Himmlers Hirn heisstn Heydrich, que en romano paladín significa «el cerebro de Himmler se llama Heydrich», y que es como algunas lenguas llamaban al también conocido como «el carnicero de Praga» en petit comité. Pero, pásmese el lector, esta es sólo una excusa argumental por parte de Binet, que como relata en las primeras páginas de su libro desde pequeño quedó fascinado por la hazaña que Jan Kubiš (moravo) y Jozef Gabčík (eslovaco), elegidos entre la resistencia checa en el exilio para lanzarse en paracaídas cerca de Praga y atentar contra Heydrich, juntamente con Josef Valčík (checo), por orden y mandato de Edvard Beneš, hasta entonces presidente de Checoslovaquia en el exilio tras la invasión de Bohemia y Moravia en marzo de 1939 (y físicamente en dicho territorio hasta esa fecha). La preparación de la misión tuvo sus más y sus menos, se retrasó casi seis meses para poder contar con apoyo de la resistencia checa sobre el terreno, y se tuvo que dilatar para encontrar un día determinado en el que Heydrich, muy descuidado y al mismo tiempo muy pagado de su propia soberbia (y toda hybris conlleva su némesis), se dirigía sin escolta al Castillo de Praga, sede del gobierno de ocupación nazi en Bohemia y Moravia. Y la misión a punto de irse al traste al fallar el subfusil Sten que Gabčík empuñó directamente contra Heydrich, cogido por sorpresa, aunque pronto reaccionó desenfundando su pistola. Una granada lanzada por Kubiš provocó una deflagración que hirió de gravedad a Heydrich, aunque su muerte, días después, se produjo como consecuencia de una septicemia que no se pudo atajar por la falta de penicilina. La muerte de Heydrich generó la búsqueda de los agresores, finalmente recluidos en una iglesia y asediados por setecientos hombres de la SS, lo que forzó su suicidio cuando no tuvieron más salida; del mismo modo causó un ataque represivo contra el pueblo de Lidice, en el que 340 checos de todas las edades fueron masacrados como represalia por parte de los nazis, así como miles de ejecuciones contra partisanos, dirigentes checos y población civil inocente. Heydrich fue vengado con una represión brutal y el inicio del programa de exterminio en los campos de la muerte de Belzec, Sobibor y Treblinka de julio de 1942 a octubre de 1943: más de dos millones de judíos y 50.000 gitanos murieron como resultado del programa conocido como Aktion Reinhard.

HHhH - Laurent Binet

Y reitero la condición del atentado de Heydrich como excusa argumental en este libro, pues Binet se ha propuesto algo más: un ejercicio literario en el que el autor nos explica a nosotros, lectores, el proceso de creación del texto, sus motivaciones, deseos, miedos, influencias, críticas, manías e incluso locuras. Laurent Binet, se convierte en un personaje más de un libro que trasciende, lo decía, la propia categorización. Pues es la historia de la fascinación por la Operación Antropoide y la obsesión por un personaje como Reinhard Heydrich, cuya biografía reconstruye, con tintes no ficcionales. Y menciono este concepto, la no ficcionalidad, para definir el estilo del autor: huye de la invención literaria, propia de la novela o el relato de ficción, para dilucidar aquellos aspectos que no podemos conocer del personaje, Heydrich, por parte del autor, en este caso Binet. Binet/autor no quiere inventar nada en un texto que se construye sobre la propia realidad, con lo cual su novela de no ficción es directa, crítica con el propio Binet/autor, al mismo tiempo que envoltorio peculiar para Binet/personaje, que desea participar desde su propia realidad en la construcción de un texto de no ficción que huye de los estereotipos de la ficción. Todo ello da pie a una situación enormemente interesante que nos remite a la propia construcción literaria/literal de un texto de no ficción que reporta la realidad de unos momentos determinados de la historia: la vida de Heydrich, sus asesinos, sus colegas en la jerarquía nazi o el momento que compartieron con todos ellos una mañana de finales de 1942. De este modo, pues, el texto fluye de un modo vertiginoso, en capítulos dinámicos y de diversa extensión, en el que seguimos las obsesiones de Binet por enfrentarse a la tarea de elaborar un texto que refleje en su mayor precisión el proceso de relatar una(la) h(H)historia. Y con un delicioso estilo por parte de un autor que con este texto se llevó el Premio Goncourt de Primera Novela en 2010.

Tras lo dicho anteriormente, solo me queda recomendarte a ti, lector, te dejes llevar por las páginas de un texto sorprendente y atractivo, que busca la exactitud y el rigor y que nos hace reflexionar a todos, lectores, en torno a laHistoria, la escritura, la originalidad y, en última instancia, la propia Literatura.

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