20 de octubre de 2013

Crítica de cine: Parkland, de Peter Landesman

Docudrama, más que película, no tanto sobre el asesinato de Kennedy sino sobre el dia del mismo (y los dos siguientes), el 22 de noviembre de 1963, y tomando a algunos personajes como protagonistas. Lo cierto es que si has leído Muerte de un presidente de William Manchester no vas a encontrarte mucho más. De hecho, es la recreación de los acontecimientos inmediatamente posteriores al aesinato: la llegada del cuerpo al Parkland Memorial Hospital de Dallas y los intentos infructuosos para salvar la vida de Kennedy; la grabación del asesinato en la famosa cinta de Abraham Zapruder y cómo afectó a este todo el asunto; el secuestro del cádaver del presidente por el Servicio Secreto y el traslado a Washington en avión; la detención de Oswald y la conversación de este con su hermano Robert, además de la idea de su madre Marguerite de que Oswald era un agente al servicio del gobierno de los Estados Unidos; el descubrimiento en la oficina del FBI de Dallas de que Oswald habló con un agente local; el asesinato del presunto asesino del presidente en los sótanos del Departamento de Policía de Dallas, ante las cámaras de todo el mundo; su entierro, paralelo al de Kennedy, pero en un lugar apartado, y el inicio de la estigmatización social de la familia Oswald. 

Peter Landesman dirige y escribe el guión de una película que a muchos les resultará prescindible y que no aporta nada nuevo. No entra en la cuestión de las causas del asesinato ni en el enigma de cuántos tiradores hubo en la Plaza Dealey; no es su propósito, sino que se preocupa por mostrar esas horas posteriores al magnicidio desde diversos puntos de vista: los médicos y enfermeras del Parkland Memorial, agentes del Servicio Secreto, el hermano de Oswald, el agente del FBI que habló con Oswald semanas antes del asesinato, el oficinista que grabó la famosa secuencia del asesinato. Todo ello con un estilo aséptico, sin buscar la controversia, aunque inevitablemente uno se la encuentra: el rechazo que recibe Robert Oswald por parte de la policía de Dallas, el modo en el que el Servicio Secreto se lleva el cadáver de Kennedy, violando las leyes de Texas, el morbo mediático alrededor de la película de Zapruder, la ocultación de pruebas del FBI en torno al hecho de que tuvieron a Oswald en su oficina de Dallas antes del magnicidio. Todo ello, insisto, no es nuevo, y sin embargo resulta interesante ver la reconstrucción/recreación de los hechos. Como si estuvieras un documental, aunque con actores, y algunos de ellos de prestigio. Y como si fuera más un producto pensado para la TV que para estrenar en una sala de cine.

Interesante... esto... docudrama, pero que me parece que pasará bastante desapercibido en este 50º aniversario del asesinato de John F. Kennedy.

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